El amor romántico es una estafa (literal)

 

Todo empezó con un mensaje privado en Instagram, un breve saludo, tímido y cordial, un "me gusta tu perfil, eres una persona muy especial". Lo siguiente fueron halagos y muestras de cariño, con emoticonos de amor. Después pasó a ser una conversación escrita frecuente, nunca en vídeo, ni por teléfono, un intercambio de información en inglés y planes precipitados y abrumadores. Mi amiga estaba siendo víctima de un engaño. Su interlocutor, un neurocirujano residente en Hawai, de mediana edad, atractivo, viudo, con un hijo y con un deseo exacerbado de querer venir a España había contactado con mi amiga para "enamorarla", y mi amiga, a pesar de todas las reservas, se estaba ilusionando. 

Su perfil de Instagram era una farsa, ni la foto, ni su historia, ni sus seguidores, ni sus intenciones eran de verdad. Era un tipo disfrazado de príncipe azul, con todos los sapos dentro. Este tipo jamás podía quedar para hacer videoconferencias, ni siquiera por Whatsapp. Los únicos canales de comunicación eran Telegram y Hangouts, pero sin vídeos de por medio. Utilizaba fotos de un menor, que hacía pasar por su hijo y de otro señor que decía ser él, todo falso. A mi amiga le decía que si les había comentado algo a sus amigos, que si le había presentado como novio o como marido, siempre con insistencia. Mi amiga empezó a sospechar. Nada le cuadraba. Todo era un despropósito. Sin embargo, ella me ha confesado que cuando le llegaban los mensajes y aparecía la foto de su supuesto ligue virtual tenía que decirse a sí misma que todo era una farsa, que ese chico en realidad no era el que decía ser, que la foto del perfil era robada. 

Las garras del depredador emocional son poderosas, y muchas veces implacables. Según el medio Economía Digital, "el 63% de las víctimas de estafas románticas por internet son mujeres, y la edad media es de 50 años. Las mujeres pierden el doble que los hombres cuando caen presas de estos también llamados "fraudes de amor" en línea, según datos de 2018 divulgados por el centro de denuncia policial británico Action Fraud".

Que la mayoría de las víctimas de estos delitos sean mujeres no es una casualidad. El mito del amor romántico es el cebo perfecto para perpetrar la estafa. Los ciberdelincuentes se presentan como el príncipe azul, el hombre perfecto y empiezan a escribir un cuento de hadas en el que nos hacen sentir las protagonistas, seres únicos. La gran mentira del amor romántico se traslada a las pantallas y concecta con las creencias que nos inocularon de niñas sobre la media naranja, el hombre de nuestros sueños, el alma gemela y las historias de amor con finales felices.

Los maltratadores emocionales exprimen al máximo la gran promesa del amor romántico y se presentan como víctimas que necesitan ser salvadas. Como explica la periodista y escritora feminista Teresa Priego-Broca: "Un hombre que había sufrido mucho, un corazón solitario, especie de Ave Fénix al cual el amor (tu amor) haría resurgir de sus cenizas".

Los perfiles falsos se construyen con fotos e información de hombres con profesiones de éxito y vidas interesantes. "Regalan el oído" a sus víctimas, muestran preocupación, son amables, encantadores y venden una imagen de hombre compresivo y sensible. Cuando piensan que han enoramorado a sus víctimas comienza la segunda parte: el saqueo. Se inventan un problema cuya solución pasa por desenvolsar una cantidad de dinero y, ¡oh, sorpresa!, su "enamorada" es la única persona que le puede ayudar: dinero para el viaje, problemas en la aduana, tarjetas de crédito que no funcionan, deudas, imprevistos, enfermedades... En fin, situaciones que despiertan compasión y que un corazón enamorado no puede ignorar. ¿Cómo no le voy a ayudar si me necesita? Si es mi pareja, mi novio, mi media naranja, el hombre de mis sueños... ¡Ay, pobrecito! 

Desenmascarando al ciberdelincuente. El periodista del proyecto Lab de RTVE, César Peña, explica en la serie de investigación sobre delitos digitales, BackUp, algunas claves para desenmascarar a los supuestos amantes. No os podéis perder el capítulo 3 - Víctimas de relaciones trampa:

  • El ciberdelincuente estudia el perfil de la víctima, busca en internet información sobre ella y construye un guion para urdir su plan.
  • Desconfía cuando veas demasiadas coincidencias y gustos afines. ¿No es raro que una persona conecte contigo al instante y sea todo tan perfecto?
  • Es difícil identificar a estos estafadores porque no tienen nada a su nombre. En este audio de Todo Noticias Tarde de Radio 5 encontraréis las respuestas (enlace).
  • Si huele a príncipe azul, huye. Descarga la foto de perfil que te parezca sospechosa e introdúcela en Google Imágenes, si aparecen varios nombres probablemente se trate de un estafador. Realiza lo mismo con las frases que te chirríen, quizás sean expresiones tipo, propias de un guion. No dilates más la relación online, se trata de una farsa.
  • Desconfía cuando te pida dinero. Jamás envíes dinero a nadie, ni datos, fotos o documentos personales. Además, puede que otras personas participen en la estafa y se hagan pasar por organismos oficiales, familiares o amigos para ganarse tu confianza.

Cómo se siente la víctima. Mi amiga se sentía engañada, "tonta" y hasta culpable por llegar a pensar por un momento que esta persona existía tal y como se presentaba.

Importante. Nunca te sientas culpable, ni tonta, tú eres la víctima y él un estafador profesional, sabe qué métodos utilizar para perpetrar la estafa. Se aprovechan de la vulnerabilidad de la víctima para conseguir sus fines delictivos a través del chantaje emocional. Son auténticos maltratadores emocionales.

Modus operandi

Cómo y dónde denunciar

Conclusión. El príncipe azul es un cuento que ya no nos tragamos. 


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