Desmontando el comunicado de la RFEF


Hemos amanecido con la noticia de que quince jugadoras de la selección española de fútbol habían enviado al mismo tiempo un correo con idéntico mensaje a la Federación Española de Fútbol (RFEF), mostrando su malestar "debido a los últimos acontecimientos acaecidos en la selección española y la situación generada" y solicitando no ser convocadas hasta que la situación no revirtiera, ya que estaba alterando su salud mental y emocional. Esto no es nuevo. La dirección ya era conocedora de ese malestar. Nadie hizo nada. Todo parece indicar que esto es solo la punta del icerberg. 

La reacción de la RFEF no se ha hecho esperar. Ha emitido un duro comunicado respondiendo al correo de las jugadoras. Y lo ha hecho manipulando el mensaje de las internacionales y haciendo pública una información privada. Por si fuera poco, algunos medios enseguida han publicado el perfil de las jugadoras, con foto incluida, señalándolas, haciendo el juego a la RFEF, con portadas sensacionalistas y tendenciosas que me niego a reproducir. Esto me ha recordado irremediablemente a la caza de brujas. 

Después de leer el contenido del comunicado he decidido desmontarlo porque rezuma misoginia y porque he detectado algunos de los mantras más sagrados del patriarcado: las mujeres somos frágiles, somos histéricas, somos caprichosas y por tanto, qué nos habremos creído, calladitas estamos más guapas.

Vayamos por párrafos:
La Real Federación Española de Fútbol comunica que, a lo largo del día de hoy, ha recibido 15 correos electrónicos de 15 jugadoras de la selección absoluta femenina de fútbol, casualmente todos con la misma redacción, en los que manifiestan que la actual situación generada les afecta “de forma importante” en su “estado emocional” y en su “salud” y que, “mientras no se revierta”, renuncian a la selección nacional de España.

¿Casualmente? No es una casualidad que quince jugadoras coincidan en el mensaje. No es una conspiración. Se trata de un problema estructural que requiere una solución de raíz. Lo de siempre. Cuando en la raíz del asunto está el machismo la cosa se complica. Y no, las jugadoras no renuncian. Falso. Es textual: " (La jugadora) solicita no ser convocada hasta que esta situación no sea revertida. Mi compromiso con el equipo en el pasado, presente y futuro fue, es y será absoluto. Y soy la primera que desea conseguir el máximo número de éxitos deportivos para nuestra selección".

La RFEF no va a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico, pues tomar esas decisiones no entra dentro de sus competencias. La Federación no va a admitir ningún tipo de presión por parte de ninguna jugadora a la hora de adoptar medidas de ámbito deportivo. Este tipo de maniobras se encuentran alejadas de la ejemplaridad y fuera de los valores del fútbol y del deporte y son nocivas.

¿En serio? ¿De verdad que lo estáis diciendo en serio? ¿Ejemplaridad? ¿Valores del fútbol? ¿Os suena Qatar y Arabia Saudí? La hemeroteca os puede ayudar a recordar. Ay, bendita hemeroteca. Esta última frase representa el cinismo más recalcitrante y resulta hasta ofensiva.

De acuerdo con la legislación española vigente, no acudir a una llamada de la selección es calificado como una infracción muy grave y puede acarrear sanciones de entre dos y cinco años de inhabilitación. La RFEF, al contrario de la forma de actuar de estas jugadoras, quiere dejar claro que no las llevará a este extremo ni las presionará. Directamente, no convocará a las futbolistas que no desean vestir la camiseta de España. La Federación contará únicamente con futbolistas comprometidas aunque tenga que jugar con juveniles.

Esto es de nuevo falso. Las jugadoras sí desean vestir la camiseta de España y sí están comprometidas con la Selección. De nuevo, en el comunicado se desvía la atención y el foco del problema. La cuestión no es la falta de compromiso de las jugadoras, que lo tienen. Ellas mismas lo han manifestado en el correo emitido a la RFEF: "Mi compromiso con el equipo en el pasado, presente y futuro fue, es y será absoluto. Y soy la primera que desea conseguir el máximo número de éxitos deportivos para nuestra selección". La cuestión es que hay un problema de fondo enquistado que no se soluciona y que las incapacita para jugar al máximo nivel. Esto es muy grave. Son ellas las que salen al terreno de juego con el objetivo de darlo todo, de ganar títulos. Y así no. Esto no es serio. ¿A alguien en la RFEF le importa cómo se encuentran? ¿Cómo se sienten? ¿Qué piensan? ¿De verdad la RFEF tiene en el imaginario una selección de fútbol ganadora? Pues no se nota. 

Este hecho ha pasado a ser de una cuestión deportiva a una cuestión de dignidad. La selección es innegociable. Es una situación sin precedentes en la historia del fútbol, tanto masculino como femenino, en el ámbito español y mundial.

¿Dignidad? Precisamente es lo que piden las jugadoras: DIGNIDAD. Es lo que pedimos las MUJERES cada día: DIGNIDAD. No nos escuchan, nos infantilizan y nos ridiculizan. No nos toman en serio ¿Qué hubiera ocurrido en el vestuario masculino? 

¿Una situación sin precedentes? De nuevo, bendita hemeroteca. Lean al periodista José Manuel Amorós. Tiene hilos en twitter muy inspiradores. 

El presente y el futuro de España está en el potencial de las categorías inferiores y de jugadoras que este mismo verano se han proclamado campeonas del mundo sub-20 y campeonas de Europa sub-19, además de obtener el subcampeonato de Europa sub-17 juvenil.
La selección necesita jugadoras comprometidas con el proyecto, con la defensa de nuestros colores y orgullosas de vestir la camiseta de España.

De nuevo ningunean a las jugadoras de la selección absoluta y ya de paso las comparan con otras compañeras, porque ese es el otro juego del patriarcado. Nos quieren enfrentadas. Así el foco se pierde de nuevo. Esta última frase viene a decir que las jugadoras de categorías inferiores sí están comprometidas, no como las autoras del correo... En fin.

Las futbolistas que han presentado su renuncia únicamente regresarán en un futuro a la disciplina de la selección si asumen su error y piden perdón. 

Redoble de tambores porque el final es de traca. El broche al comunicado lo pone la regañina de la RFEF a las jugadoras, tratándolas como si fueran niñas pequeñas haciendo una travesura. Vaya tela. ¿Error? ¿Qué error? ¿Perdón? ¿Por qué? ¿Por tomarse en serio su trabajo? ¿Por querer hacer las cosas bien? Esto no se atreven a decírselo a los jugadores de fútbol, ni siquiera a los alevines. ¿Cuál es el problema? Tienen en el vestuario a grandes jugadoras, con un alto nivel de compromiso y exigencia. Mujeres que no se callan, porque en su ADN está la lucha, el coraje y la superación. Mujeres que han decidido dar un paso adelante porque creen en el proyecto, porque el fútbol es su vocación, porque van en serio, porque reinvidican sus derechos.

Todo marcha bien si no nos quejamos, si respetamos las reglas del patriarcado, la línea que los señores nos han pintado y de la que no podemos salirnos. Todo marcha bien si no zarandeamos su pedestal. Ojo con rozar su poder, sus privilegios. Pensad por un momento en que si esto llega a pasar en la selección absoluta masculina de fútbol se arma la de dios, porque son ELLOS, la élite, la voz, la autoridad.

Las jugadoras están hartas. Todas lo estamos. Estamos hartas de que no nos tomen en serio, del cinismo, del victimismo de los señores, de las migajas, de que "ellos sí, pero nosotras no", del "para vosotras, pero sin vosotras".

El periodista deportivo José Manuel Amorós lo resume muy bien en uno de sus tweets: "¿Sabéis el problema principal de la RFEF con el fútbol femenino? La RFEF utiliza el área de futbol femenino para meter a ‘amigos’ que no pondrían nunca en el fútbol masculino. No se toman en serio el fútbol femenino como para formar una estructura de élite, como hacen en el masculino".



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