No, no son las tetas de Eva


"No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas", se pregunta la cantante Rigoberta Bandini en "Ay, mamá". No, no es miedo. Nuestras tetas no dan miedo, lo que da miedo es nuestra libertad, que seamos libres, que tengamos el control de nuestro cuerpo. Eso es lo que da miedo. Da miedo nuestra libertad. Y aquí estoy escuchando, mientras escribo, 'Hacia lo salvaje', una canción del disco más visceral de Amaral. No es lo mismo que escuchar este tema en directo, como sí tuve la suerte de disfrutar en Sonorama Ribera, pero necesitaba tener cerca a Eva de alguna manera para recordar lo que viví durante casi dos horas de concierto.

Cuando pienso en mujeres rebeladas me viene a la cabeza la invisibilidad de las mujeres anónimas que me rodean, nadie conoce su lucha diaria, porque se piensa que es algo personal, anodino, pero cuando charlamos reconocemos lo político en nosotras. Por eso me fijo en ellas, porque su voz no se escucha, y mi minúscula fuerza quiero que sirva para amplificar la suya. Eva Amaral es consciente de su altavoz gigantesco y lo aprovechó, fue así de generosa. Su mensaje se vio y se escuchó hasta el infinito. Yo estuve allí, vi ese altavoz, vi esa fuerza y escuché el grito de miles de mujeres coreando 'Revolución'

Lloré, grité, levanté el puño de manera inconsciente, como un resorte, no podía parar. Eva nos interpeló, en ese instante conectamos, lo sentí, lo viví. Únicamente atiné a decir a mi amiga con la voz entrecortada: "Es una jefa". Y solo siento lo mismo en las manifestaciones del 8M, cuando todas nos concentramos en la plaza mayor para salir juntas en una sola voz, pero esa noche, en aquel momento esa sensación se multiplicó por miles. No tengo palabras. Mentalmente estábamos con ella, acompañándola en esa concentración improvisada, dentro de un recinto abarrotado con un primer plano de Eva proyectado en pantallas gigantes. 

El 25º aniversario del grupo dejó de ser una fiesta para transformarse en una reivindicación a lo grande. La foto fija de Eva, sin corpiño, con el micrófono orientado a una multitud que coreaba el estribillo al unísono se convirtió en un himno, donde Eva defendió la libertad, recordando la censura que habían sufrido otras compañeras, como Rocío, Zahara o Rigoberta: "Esto va por Rocío, por Rigoberta, por Zahara, por Miren, por Bebe, por todas nosotras. Porque nadie nos puede arrebatar la dignidad de nuestra desnudez, la dignidad de nuestra fragilidad, de nuestra fortaleza. Porque somos demasiadas y no podrán pasar por encima de la vida que queremos heredar, donde no tenga miedo a decir lo que pienso. Porque hoy es el día de la Revolución".

Un gesto, quitarse la camiseta, que otros artistas, como Noni, de Lori Meyers, hicieron en anteriores conciertos y que a nadie molestó. Para entender lo que hizo Eva hay que poner contexto y conocer su trayectoria, algo que explica muy bien la periodista Ana Bernal Triviño en Ya sabemos que lo de Amaral no es la revolución… ¿o sí? 

Su acción fue un símbolo, lo resumió a la perfección Máriam M. Bascuñán, profesora de Ciencia Política, en el programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser: "Es algo muy simbólico, pero precisamente por esto, porque fue simbólico explica el contexto y el contexto en el que estamos es un contexto de regresión democrática, por la subida de la ultraderecha. En este contexto y además con esa fuerza, es realmente emocionante, tiene un valor estético y un mensaje político muy potente. Ella no necesita hacer eso porque ya es una artista consagrada. Ella explicó cada uno de los casos. Está viendo lo que está pasando con sus compañeras y es un gesto de generosidad también muy importante. No solamente para las artistas sino para las jóvenes que están viendo también cómo se sigue objetivando sus cuerpos, cómo se comparten esos vídeos en redes, cómo se sienten desprotegidas y sobre todo, el contexto de regresión democrática en el que estamos que ha puesto en la diana los derechos de las mujeres".  

En realidad no son las tetas al aire lo que les molesta de Eva Amaral. Les fastidia que Eva ejerza su libertad para descubrirse el pecho, agarrar el megáfono y cantar "Revolución" ante miles de personas, en pantalla gigante, sabiendo que va a tener una repercusión mediática infinita. Les revienta que sea Eva Amaral, precisamente porque no fue un descuido, ni un topless para sexualizar su cuerpo, ella no es así, porque es un referente consagrado en el mundo de la música, porque defiende (solo hay que revisar su instragram) unos valores alejados de la frivolidad. Por eso les revienta este gesto, porque les escuece la proyección del mensaje, su significado, lo que implica. Por eso la caverna rechaza la cultura, porque es revolucionaria, porque es transformadora, porque defiende la libertad.  

En realidad no es llevar el pelo así o asá, no es la falda rematadamente corta, ni decidir no depilarse o no ponerse sujetador. Lo que fastidia a las hordas es que tengamos el control de nuestro cuerpo. No soportan que seamos libres. Y eso no es solo una cuestión de tetas, es una cuestión política. Que Eva Amaral levantara el puño dirigiéndose a miles de personas mientras pronunciaba un discurso a favor de la libertad en forma de canción molestó a la caverna, y pusieron las tetas de excusa porque no se atreven a decir que les revienta nuestra libertad. Por eso es más fácil meterse con nuestro físico, vamos, nada nuevo, lo llevan haciendo toda la vida. 

Eva podría pasar de largo, centrarse en sus temas universales con miles de descargas en Spotify y vivir de las rentas si quisiera, pero Eva no es así. Sigo a esta mujer desde hace mucho tiempo y siempre encuentro en ella compromiso social. Su estancia en los campamentos saharauis me emocionó, clausurando el último Festival de Cine del Sáhara (FiSahara), al son de 'Mares igual que tú', entre otras canciones. 

¿Acaso las personas que critican a Eva han escuchado su discografía? En cada disco se abre en canal. Es así de generosa. Cuando escuché “Salir corriendo” en Sonorama también lloré porque me acordaba de las mujeres que desearían con todas sus fuerzas salir corriendo, y yo solo podía prometer no soltarlas de la mano. Sí, el concierto fue una catarsis. Amaral tiene unos directos increíbles, pero esta vez tocaba interpretar el contexto. Eva explicó lo que significaba la canción "Salir corriendo" ante miles de personas. Esta canción es del año 2002. Ni siquiera había entrado en vigor la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Mientras en Castilla y Léon su vicepresidente de extrema derecha niega la violencia de género, Eva ya lo ponía nombre.

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